Mirtha Legrand junto a su tataratataratartanieto Osvaldito en una bella tarde de domingo. La anciana estrella acaba de confesarle que el año próximo dejará de hacer los almuerzos motivo por el cual el pequeñajo se habría largado a llorar. “Es eso o la vieja se cagó de nuevo” aclaró Carmela Ardohain, la mucama que la acompaña a todos lados mientras caminaba hacia Mirtha con un trapo de piso en una mano y una caña de dos metros en la otra.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Anónimo dijo...
Señora Mirtha cada día más linda, la quiero la llevo en el corazón.. la ra la la...
Anónimo dijo...
Chiquita, como me alegro de verte, te sigo desde hace tres vidas (siempre reencarné en vijas chotas) te mando un besote.
Flora de Paternal