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Se cansaron. Según fuentes fidedignas, las cigüeñas habrían vendido la licencia para la entrega de infantes, dejando en manos privadas esta tarea que desempeñaban desde el comienzo mismo de la humanidad.
"La verdad que estamos indignadas porque nos han tomado por pelotudas, nosotras como unas gilas entregábamos los pedidos poniendo todo nuestro amor y dedicación en dicha tarea, día tras día, sin quejarnos y sin pedir nada a cambio, completamente a donorem" Declaraba muy ofuscada Raquel Irrubarre, la presidenta de la asociación de cigüeñas entregadoras, que con tono amenazador continuaba "...pero resuta que nos enteramos que de toda la cadena de la natalidad, somos las únicas que no nos llevamos ni un gracias, así que decidimos dejar todo en manos privadas y vender la licencia a las ocas. Ahora van a tener que pagar una fortuna por los envíos y vaya a saber si llegan o se pierden en la triple frontera. Y a no asustarse si los mocosos vienen con un tatuaje de Florencia Peña a modo de publicidad o lo que es casi peor, con un kilo de cocaína en los pañales".

Luego de una espera que para muchos pareció interminable, llegó el día. El jueves pasado se confirmó la noticia que algunos medios habían adelantado, reencarnó Bernardo Neustadt y en una especie bastante parecida al periodista.
Todo comenzó en el zoológico de Praga, donde unos paseantes argentinos vieron en este animal algo que les llamaba la atención y se acercaron, tremenda fue la sorpresa cuando estaban ya muy próximos y lo que ellos pensaban se trataba de un animal les miró a los ojos y les dijo “a ver si hacen algo por su patria y me sacan de las garras de este bicho peludo… o por lo menos si me quiere abrazar pónganle un uniforme”.
Los espectadores del suceso comenzaron a reír a carcajadas y le contestaron “que te rescate Magoya”, con tanta mala suerte que Magoya justo se encontraba en República Checa y de puro hijodeputa se lo trajo de nuevo para la argentina.
Canal 9 le ofreció el horario central ni bien lo vieron bajar del avión, lo único que pidió fue que si reencarnaba Grondona, ni en pedo se les ocurriera traerlo.